No venimos del latín. Los romances derivan de una lengua madre de carácter aglutinante

II Jornadas Lengua ibérica  

Zaragoza 26-27-28 agosto 2017



No venimos del latín. Los romances derivan de una
lengua madre de carácter aglutinante

Presentación de una nueva hipótesis de investigación que defiende que las lenguas romances comparten una tipología lingüística que nos remite a una lengua madre común de carácter aglutinante mucho más antigua que el latín. Recientes investigaciones demuestran que el cambio lingüístico a nivel de estructuras morfosintácticas es un proceso muy lento.

La lingüística cognitiva supone una base simbólica a los formantes composicionales que podemos reconstruir a partir de la toponimia y que han sobrevivido en el léxico de los romances actuales. Las pruebas son cada vez más concluyentes: este proceso no pasa por el latín.

La voz ibérica BALE


Comentario filológico del artículo de Georgeos Díaz-Montexano ¿Usaban ya los íberos la voz BALE (vale) como un término especializado del léxico comercial?

En el artículo referenciado, Georgeos Díaz-Montexano plantea la hipótesis de si la voz ibérica bale, que aparece un total de seis veces en cuatro plomos de carácter comercial, podría tratarse del término latino VALE adoptado por los iberos o bien si podría ser un término usado desde el tiempo de los iberos y del cual dimanaría la palabra romance actual vale.
Aportamos en el presente trabajo elementos de análisis filológico a nivel grafemático, fonológico, morfosintáctico, léxico-semántico y arqueológico que nos ayudan a acercarnos al uso y posible significado del término ibérico bale: todo parece indicar que existe una continuidad entre el ibérico y el romance.
En los plomos comerciales se anotaban los compradores o los proveedores de los materiales y las cantidades. Estas transacciones son pre-monetarias, es decir, no se pagaban en dinero sino que los acuerdos, las adquisiciones y las entregas de mercancías se efectuaban por adelantado, anotando su valor en base a un patrón que había de compensarse a su debido momento.
Se trata por lo tanto de un contexto de intercambio, en el cual los plomos comerciales comportaban la sustitución del dinero. Su finalidad era, precisamente, la de dejar constancia de la transacción, como vale a cuenta de algo.